viernes, 7 de octubre de 2011

Como contratar a un community manager



Diseñar y gestionar páginas web, crear aplicaciones para Facebook, manejar Twitter… el trabajo de un Community Manager es tan amplio como lo es Internet. Todas las empresas empiezan a necesitar uno; alguien que sea un profesional del marketing, con conocimientos de publicidad y experto en comunicación.

A lo mejor es por esa necesidad por lo que a veces en el momento de la contratación de esta figura se cometen una serie de errores.

Cuando realmente se ha decidido la necesidad de contratar a un Community Manager se han de tener claras las tareas que va a desempeñar y de qué manera se pretende que su labor mejore la comunicación y la imagen de la empresa. Pese a que éste tenga que tener un margen de libertad de actuación no se le puede dejar hacer sin rumbo y sin proporcionarle las herramientas necesarias para su trabajo.

Por otro lado, hay que hacer al Community manager partícipe de la actividad y el funcionamiento de la empresa haciendo que se sienta comprometido y vinculado con la misma así como con la información necesaria para poder darla a conocer en Internet u otros medios de comunicación.

No se puede percibir como una figura aislada y por tanto ha de relacionarse también con el resto de trabajadores.

Una vez se tengan claros estos aspectos habrá que tener en cuenta otros de cara a la entrevista con el candidato al puesto. En primer lugar, no se deben priorizar los conocimientos técnicos del Community Manager frente a sus actividades comunicativas; éstos son importantes sí pero lo es también y sobre todo la forma que tenga de comunicarse y expresarse pues, al fin y al cabo, por una u otra vía, es ese su principal cometido.

Por último, una vez seleccionado aquel que consideramos el mejor candidato, el que más se adapte a la empresa, hemos de saber cómo tratarlo respecto a su labor en la misma. Si ya teníamos claras sus funciones y sus capacidades, una vez que ya sea trabajador de la empresa habrá que pensar en definir sus libertades.
Respecto a este punto lo ideal es un término medio; no puede dársele banda ancha para que haga y deshaga a su antojo pero tampoco pueden acotársele y restringírsele todas sus libertades. Ha de tener un margen de actuación adecuado.
Siguiendo estos pasos es mucho más sencillo que la decisión de incluir esta figura en la plantilla de la empresa resulte un éxito.

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